Pero, ¿qué significa tomar decisiones informadas? Elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio ambiente es menor, es el caso de la comida orgánica en la que apenas se usan productos químicos. O adquirir productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas.
En definitiva, se trata de que pensemos antes de alimentarnos y así ahorremos para proteger el medio ambiente. Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida. Esta cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana. Al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de 20.000 niños y niñas menores de 5 años mueren de hambre cada día.
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